domingo, 16 de agosto de 2020

en la pobreza

ya no tengo piernas para esperarte

se consumieron entre el alcohol y la sangre

me quedan estos dos estropajos de brazos

para acariciarte por la noche

y darte de comer en la loza china del matrimonio muerto

no tengo ya corazón para albergar tus ritmos ni tu tiempo

se me va trémulo rodando por el abismo

ni cabeza para pensarte mientras te decides a darme la mano

la vida

no me queda más que la respiración agazapada en la esquina

y un cuerpo torcido de pena

 

Andrea Dam 

15 de julio, 2020